jueves, 22 de noviembre de 2012
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Clasificación para el diagnóstico de los Trastornos Psicológicos.
¿Por
qué es útil tener un sistema de clasificación de los trastornos psicológicos?
¿Qué ventajas presenta cambiar de una evaluación global en relación con la
existencia de la anormalidad, a distinguir entre distintos tipos de
anormalidades? Un diagnóstico psicológico es la etiqueta que se asigna a la
anormalidad al clasificar y categorizar los patrones de conducta observados en
un sistema de diagnóstico probado. Este
tipo de diagnóstico, de muchas formas, es más difícil de lograr que un
diagnóstico médico. En el contexto de la medicina, un médico puede basarse en evidencias
físicas, como rayos X, pruebas de sangre y biopsias, para formar una decisión
diagnóstica. En el caso de los trastornos psicológicos, la evidencia para el
diagnóstico proviene de las interpretaciones de los actos de un individuo. Para
crear una mayor congruencia entre los profesionales clínicos y la coherencia en
sus evaluaciones diagnósticas, los psicólogos
han ayudado a crear un sistema de diagnóstico y clasificación que
proporciona descripciones y síntomas precisos,
así como otros criterios para ayudar a los profesionales a decidir si la
conducta de una persona evidencia un trastorno particular.
OBJETIVOS DE LA
CLASIFICACIÓN.
Para
ser más útil, un sistema diagnóstico debe brindar los siguientes tres
beneficios:
1.- Un lenguaje común breve: Para
facilitar una comprensión rápida y clara entre los profesionales clínicos o
investigadores que trabajan en el campo de la psicología, los practicantes
buscan un conjunto común de términos con significados comprensibles. Una
categoría diagnóstica, como la depresión,
presume una larga y compleja colección de información, como los síntomas
característicos y curso típico del trastorno.
En
ambientes clínicos, por ejemplo clínicas y hospitales, un sistema diagnóstico
permite a los profesionales de la salud mental comunicarse de manera más
eficiente, con las personas que ayudan. Los investigadores que estudian
distintos aspectos de la psicopatología, o que evalúan programas de
tratamiento, deben coincidir en el trastorno que están observando.
2.- Comprensión de la etiología: De
manera ideal, el diagnóstico de un trastorno específico debe establecer de
manera clara las causas de los síntomas. Por desgracia, debido a que existe un
gran desacuerdo o falta de conocimientos acerca de la etiología de muchos
trastornos psicológicos, es meta difícil de lograr.
3.- Plan de tratamiento: Un diagnóstico
también debe sugerir qué tipos de tratamientos deben considerarse para
trastornos específicos. Los investigadores y los profesionales clínicos han
encontrado que ciertos tratamientos o terapias funcionan mejor con trastornos
psicológicos específicos. Por ejemplo fármacos que son muy efectivos para
tratar la esquizofrenia, no ayudan, e incluso pueden dañar a las personas con
depresión. Mayores avances en el conocimiento acerca de la eficacia y
especificidad de los tratamientos, harán que un diagnóstico rápido y confiable
sea aún más importante.
El DSM-IV-TR
En
Estados Unidos, el esquema de clasificación más aceptado es el desarrollado por
la American Psychiatric Association. Se denomina Diagnostic and Statistical Manual of Disorders. La versión más
reciente, publicada en el 2000, como una revisión de la cuarta edición, es
conocida por los profesionales clínicos y los investigadores como DSM-IV-TR. En este se clasifican,
definen y describen más de 200 trastornos mentales.
Para
reducir las dificultades diagnósticas causadas por la variabilidad de los
modelos de los trastornos psicológicos, el DSM-IV-TR
enfatiza la descripción de patrones y
cursos de trastornos, más que teorías etiológicas o estrategias de tratamiento.
Los términos puramente descriptivos permiten que los profesionales clínicos y
los investigadores utilicen un lenguaje común para describir problemas, en
tanto dejan espacio para el desacuerdo y la investigación continuada respecto a
los modelos teóricos que explican mejor los problemas.
La
primera versión del DSM, que apareció en 1952 (DSM-I) abarcaba varias docenas
de enfermedades mentales. El DSM-II introducido en 1968, revisó el sistema
diagnóstico para hacerlo más compatible con otro sistema popular, el International Calssification of Diseases
(ICD) de la Organización Mundial de la Salud. La cuarta edición del DSM
(DSM-IV, 1994) apareció después de varios años de trabajo intenso, realizado
por comités expertos. Para realizar los cambios (DSM-II revisado, que se
publicó en 1987), estos comités escudriñaron de manera cuidadosa grandes
cantidades de investigaciones relativas a la psicopatología, y también probaron
cambios propuestos para mayor funcionalidad en ambientes clínicos reales. El
DSM-IV también es compatible por completo con la décima edición del ICD. El
DSM-IV-TR (2000) incorporó una revisión de la literatura de investigación que
se había acumulado desde la aparición del DSM-IV. Debido a que los cambios
afectaron de manera importante al texto de apoyo, más que al sistema de
clasificación, la revisión se consideró un “texto revisado”, lo que produjo el
nombre de DSM-IV-TR.
Para
animar a los profesionales clínicos a considerar los factores psicológicos,
sociales y físicos que podrían estar asociados con un trastorno psicológico, el
DSM-IV-TR utiliza dimensiones o ejes que comprenden información acerca de todos
estos factores, la
mayoría de los principales trastornos clínicos se anotan en el Eje I, como
todos los trastornos que aparecen en la niñez, excepto el retraso mental. El
Eje II abarca el retraso mental y los trastornos de la personalidad. Estos
problemas pueden acompañar trastornos del Eje I. El Eje III incorpora
información acerca de enfermedades médicas generales, como diabetes, que pueden
ser importantes para comprender o tratar un trastorno de Eje I o del Eje II.
Los Ejes IV y V proporcionan información complementaria que puede ser útil para
planear el tratamiento o evaluar el pronóstico (predicciones de cambios
futuros) de un individuo.
El
Eje IV evalúa los problemas psicosociales y ambientales que pueden explicar las
respuestas al estrés de los pacientes o sus recursos para manejarlo. En el Eje
V, el profesional clínico evalúa a nivel global del funcionamiento del
paciente. Un diagnóstico completo en el sistema del DSM-IV-TR implica la
consideración de cada uno de los ejes.
La siguiente tabla muestra la descripción de los Ejes de los trastornos. |
martes, 20 de noviembre de 2012
Aplicaciones del internet en la Psicologia
Este es un ejemplo de como insertar una prezi en nuestro blog.
martes, 13 de noviembre de 2012
Categorías de los Trastornos Psicológicos.
Los trastornos psicológicos actualmente están agrupados en 5 grandes categorías, las cuales son la psicosis, trastornos orgánicos, neurosis, trastornos de ansiedad y los trastornos afectivos los cuales se explicaran a continuación.
Psicosis: Es en donde se engloban los trastornos en los que se ve afectada la función psíquica del paciente, ya que interfiere considerablemente en la capacidad de introspección, así como también en la capacidad que para resolver problemas cotidianos y tener relación con la realidad.
El trastorno más común de este grupo es la esquizofrenia.
El trastorno más común de este grupo es la esquizofrenia.
La esquizofrenia es uno de los trastornos más comunes dentro de la psicosis |
El abuso de las drogas y el alcohol son de las causas principales de los trastornos organicos. |
Causa cambios en la conducta. |
La intranquilidad es uno de los síntomas que mas caracterizan a la ansiedad, |
Actualmente se estima que la depresión afecta entre el 5% y 10% de la población. |
jueves, 8 de noviembre de 2012
Características de los Trastornos Psicológicos.
Existen dos signos o indicadores que nos pueden avisar de la presencia de un trastorno psicológico: la presencia de emociones dolorosas (sentimientos de ansiedad, depresión o irritación crónica) y la aparición de conflictos continuados en las relaciones sociales o familiares.
El sufrimiento psicológico además puede adoptar múltiples formas (H. Fernandez-Alvarez, 1992) según la persona que lo padezca le encuentre o no sentido o explicación al malestar que padece. Existen una primera forma de padecimiento a los que las personas encuentran explicación o sentido (p.e sacrificio ante situaciones límites, una huelga de hambre... etc.) que no suelen ser catalogadas como trastornos psicológicos. Una segunda forma de padecimiento consiste en que quién los sufre no termina de explicárselo o darle sentido (por lo general se trata de trastornos afectivos de tipo depresivo o ansioso).Un tercer grupo, más problemático, son los casos donde la persona que padece el malestar si le encuentra sentido a su sufrimiento, pero aquellos que le rodean no se lo encuentran (por lo general se trata de casos de trastornos mentales graves como las psicosis). Y por último, el cuarto grupo, se caracteriza más bien por hacer sufrir a otros, independientemente del grado de malestar subjetivo de esa persona (se suele relacionar con trastornos graves y antisociales de la personalidad). El grupo de personas que no encuentran sentido a su malestar suele ser quienes más solicitan la ayuda de los servicios de psiquiatría y psicología, seguidos de aquellos que aún encontrándose un sentido, este no es validado por aquellos que le rodean.
Entre las personas que no ven sentido a su malestar emocional o a sus conflictos relacionales suele ser típico la presencia de una o varias respuestas crónicas de carácter emocional: la ansiedad, la depresión y la ira.
La ansiedad implica la preparación de la persona ante situaciones que percibe erróneamente como amenazadoras o peligrosas haciendo que esta se prepare para defenderse o escapar. El pensamiento y las imágenes del individuo ansioso se caracteriza por exagerar las posibilidades de peligro de un acontecimiento interno (p.e el que una señal de malestar indique la aparición de un infarto inminente) o también de un acontecimiento externo (p.e la posibilidad de ser rechazado por otros). También este pensamiento suele hacer que se minusvalore la propia capacidad de hacer frente a la situación. A nivel emocional la persona se siente nerviosa, con deseos de huir de la situación vivida como peligrosa. Su conducta puede incluir la inhibición del habla, la conducta de escapar o la inquietud motora. Su cuerpo puede responder, mediado por su sistema nervioso central y autonómico, con síntomas como la sudoración, taquicardia, dificultades respiratorias, tensión motora, insomnio, etc.
El estado depresivo supone más bien una reducción del nivel de respuesta de la persona ante los acontecimientos de su vida. La persona está centrada en pensamientos e imágenes en torno a sus pérdidas, incapacidad, fracasos o indefensión. Por lo general mantiene una baja autoestima y está centrada en una visión negativa de sí misma, su vida y su futuro. Pueden aparecer también pensamientos o deseos suicidas. A nivel emocional predomina el estado de ánimo depresivo, con perdida por los intereses y actividades habituales, una dificultad para disfrutar de las actividades habituales, y a veces también sentimientos de culpa, ira o ansiedad. La conducta de estas personas se caracteriza por un abandono de sus actividades habituales o por un descenso intenso de las mismas. Trastornos como la pérdida del apetito, las alteraciones del sueño y la pérdida del interés por el sexo, también son característicos del estado depresivo.
La ira crónica consiste en un estilo de conducta centrado en la defensa y ataque directo o indirecto ("disimulado" p.e por la ironía). Se caracteriza a nivel de pensamientos e imágenes de condena o críticas hacia el ofensor, y exigencias sobre que no debería haber actuado de una manera determinada. A nivel emocional la irritación tensa la musculatura corporal y la dispone al ataque verbal o físico, aparecen sentimientos de rencor y venganza. La conducta se dirige a atacar verbal o físicamente al supuesto ofensor. El cuerpo suele responder con una elevación del ritmo cardiaco, la tensión sanguínea aumenta, la respiración se acelera, y pueden aparecer trastornos del sueño, de la alimentación y de otras necesidades corporales, la rumiación obsesiva sobre el hecho que se exige no debería haber ocurrido, las críticas al ofensor, los planes de venganza y una especial facilidad para "saltar a la más mínima".
Las malas relaciones familiares o de pareja pueden ser causantes de un trastorno psicológico. |
Las emociones dolorosas son uno de los indicadores de la presencia de un trastorno psicológico. |
martes, 6 de noviembre de 2012
Concepto de Trastorno Psicológico
Definir que es un trastorno mental, psicológico o emocional, es un problema difícil para la psiquiatría y la psicología clínica. Esa dificultad está relacionada con los distintos criterios que se han utilizado para su definición a lo largo de la historia. Básicamente se refiere a comportamientos que se han considerado "anormales" y que han sido estudiados y clasificados por los profesionales de la psicopatología (estudio de las causas y clasificación de los trastornos mentales).
En la actualidad la mayoría de los psiquiatras y psicólogos clínicos suelen considerar que en los trastornos psicológicos o mentales están implicadas causas tanto biológicas, psicológicas como sociales (son los llamados "modelos multifactoriales", "interactivos" o "psicobiosociales"). Según se hable de que determinado trastorno psíquico concreto, el peso de las causas biológicas, psicológicas o sociales será mayor o menor. También el tratamiento en determinados casos suele ser de tipo "interdisciplinar" requiriendo la intervención coordinada de varios profesionales (psiquiatra, psicólogo clínico, asistente social...).
Los dos sistemas de clasificación de los trastornos psicológicos más utilizados y difundidos a nivel mundial (CIE-10 y DSM-IV) definen a los trastornos mentales de la siguiente manera:
*La CIE-10 (Décima clasificación de las enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud de 1993) define a los "trastornos" mentales en función de la presencia de determinadas conductas anormales, lo que la persona hace o dice -criterio psicosocial- o de determinados síntomas de malestar, las señales de malestar que presenta la persona-criterio médico-(Fig.1).
*Por su parte el DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría de 1994) define el trastorno mental en función de sus componentes psicológicos (funciones mentales alteradas) y conductual de un cuadro clínico y de las repercusiones biológicas y de malestar que produce. Por lo tanto se sigue observando un criterio psicológico, el comportamiento anormal, junto con otro médico, la organización en la presentación de los síntomas, el cómo se relaciona entre sí.
Los trastornos pueden ser causados por el entorno social |
Los trastornos pueden causar distintos cambios en la conducta de la persona. |
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